martes, 6 de junio de 2017

AUN ME SEDUCE LA BATALLA





En el umbral de mi ocaso
quiero balcones con escarcha,
con sueños y utopías colgando.
Vendavales de sonrisas por mi espejo,
que me rodeen y me abracen.
Diminutos esbozos de espinas y de cruces.
Inmensos recuerdos de agua clara.

Cristal de  primaveras que he vivido.
No quiero llantos de congoja
en la esquina de mi cuadrilátero..
La Batalla, perdida o ganada, es  teoría relativa.

No me resisto ni la ansío.
Él limite final de la frontera,
solo es una acrobacia suicida.
Un salto en paracaídas roto en alas de un Icaro,
estrépito choque del vacío.

A la orilla del gemido,
solo quiero alas para mi risa,
Un artista que pinte la mueca.
Un momento de plaza con amigos,
y sandalias para mí ultima danza.
En el tajo abierto de mi vientre un escrito de testamento:
Siembro afecto para mi amigo y para ti,
 impío enemigo ya olvidado,
vendimia de frutos en mi huerto cosecho.
Para mi amada ¡
Un cultivo eterno de besos renovados.

Que no vengan las comadronas llorando
 luto anticipado con cantos de alabanzas.
No quiero dejarle a la memoria una pálida imagen.
Que no me ciña el olvido y que la vida me recuerde.
porque ante la inexorable confrontación con las Parcas,
aun me seduce lo bello de la batalla
                                                                                



                                                                         

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